miércoles, 1 de septiembre de 2010

De "châteaux" por Burdeos

Para los amantes del vino, de la buena mesa y de la arquitectura refinada, Burdeos es un destino perfecto. Llevaba mucho tiempo queriendo hacer una escapada al sur de Francia después de haber disfrutado del enoturismo en La Rioja. El momento llegó de forma inesperada, sin casi tiempo para preparar el viaje y las visitas a los châteaux, pero con una conexión a internet vía iPhone se pueden hacer milagros...

Salimos de Valencia y como teníamos que hacer parada en Madrid decidimos comer en Burgos. Damos fé, de que la barra de Casa Pancho puede presumir de tener algunos de los mejores pinchos de la ciudad. Nos quedaban bastantes horas de viaje hasta la tierra del vino así que, la mejor opción, era hacer noche cerca de Francia. Hondarribia es un pueblo precioso que viene de paso, allí continuó el festival de pinchos en el Gran Sol y, aunque cenamos fenomenal, nos quedamos con ganas de probar el restaurante de La Cofradía de Pescadores. Habrá que volver y si hay tiempo pasar por La Alameda, un lugar que según mi sibarita amigo Rafa es "miel de romero".


Al día siguiente teníamos casi tres horas a nuestro destino y como no somos amigos de las prisas, hicimos un alto en el camino para comer en Biarritz. Tras mucho mirar nos decantamos por Le Bar Du Marché, un sitio pequeño y coqueto en el centro en el que no paraban de sacar bandejas de ostras...


A media tarde por fín llegamos a Saint-Émilion, un pueblecito medieval en el que todo gira en torno a la cultura vinícola. Está a unos 35 km de Burdeos y es una de las zonas productoras de uva más importantes junto con Médoc, Graves y Pomerol. A mí me parece la más auténtica y además, es patrimonio mundial de la UNESCO. Un lugar precioso que no podéis dejar de visitar.


Lo ideal es pedir la guía de châteaux en la oficina de turismo y reservar visita en los que más os interesen. No todos ofrecen una cata después así que, es mejor asegurarse. Ahí van unas cuantas recomendaciones para disfrutar de los placeres de la zona...


El Château de Franc Mayne me parece una de las bodegas más completas, el enclave es magnífico, hay posibilidad de alojarse allí mismo y despertar rodeado de viñas. Echad un vistazo a la página de su relais: http://www.relaisfrancmayne.com/. Tan solo tiene nueve habitaciones y cada una está dedicada a un tema. Qué pena haberlo descubierto el último día...



Me hacía mucha ilusión visitar el Château Cheval Blanc porque su vino está catalogado como uno de los mejores del mundo y además, es propiedad del grupo Louis Vuitton. La denominación de origen de Saint-Émilion tiene su propia valoración: Grand Cru, Grand Cru Classé, Premier Grand Cru Classé B hasta Premier Grand Cru Classé A. Los caldos que reciben ésta última etiqueta son excelentes y por lo tanto muy caros. Una botella de Cheval Blanc, que tiene la máxima clasificación, puede alcanzar los miles de euros así que, es comprensible que no se realicen catas y que las visitas sean exclusivamente para compradores. Mi gozo en un pozo, al menos pude verla por fuera. Se encontraba inmersa en una gran obra a cargo de Christian de Portzampac, ganador del Premio Pritzker, el Nobel de la arquitectura.



Más de uno cuando piense en los vinos de esta zona pensará en el legendario Château Petrus, ¿o no? Pues desafortunadamente tampoco se puede visitar. Una pena, la bodega está en Pomeral y tan solo produce unas 30.000 botellas al año. Los expertos dicen que en estos momentos es "el vino más caro del mundo".

La arquitectura es ya un motivo más para visitar bodegas u hoteles. Si en España contamos con grandes ejemplos, como el de Franc Gehry en Marqués de Riscal o Calatrava en Bodegas Ysios, Burdeos no íba a ser menos. Jean Nouvel está trabajando en el Château La Dominique y desde hace algunos años ya podemos ver la nueva cara de otros como Lafite-Rothschild gracias a Ricardo Bofill. Por esta razón y gracias a la aplicación iPhone de Relais & Château visitamos el hotel Le Saint-James en Bouliac. Un edificio atípico inspirado en los antiguos secaderos de tabaco de la región firmado por Nouvel. He de decir que después de haber estado en Hostellerie de Plaisance en Saint-Émilion, quedamos un poco decepcionados. Éste último sí nos encantó, un hotel pequeño con un lujo acogedor y unas vistas espectaculares. Su punto fuerte, el restaurante de dos estrellas michelín.



En las zonas productoras vecinas como Médoc también hay lugares de parada obligada. Nuestra idea era ir al Château Margaux, uno de los más antiguos y de gran reconocimiento. Fines de semana, agosto y vendimia cerrado. ¡Qué decepción! Muy cerca de allí estaba el Château Palmer, también en el pueblo de Margaux. Como no pudimos ir al primero ya no nos acercamos, eso sí, quedan pendientes para la próxima escapada. Lo mismo en Graves en el Château Haut-Brion que se encontraba en plena remodelación. Están a una hora de Saint-Émilion, sin pérdida si prestáis atención al paisaje. Fijaos en la etiqueta de Château Palmer, es imposible no reconocerlo.



Para comer descubrimos algunos sitios interesantes gracias a las recomendaciones de Paco Berciano en su blog. L´Envers du Décor es un buen sitio para cenar y copear vinos de la zona. El magret de pato en salsa de frutos rojos estaba exquisito.


Los restaurantes que están en la parte baja del pueblo también son aconsejables, hay una gran terraza en la que se puede picar algo mientras se escucha música en directo (al menos en verano). No dejéis de probar los quesos franceses y el foie. También fuimos a Le Clos du Roy, prometía mucho pero creo que no estuvimos muy acertados en la comanda.



En cuanto a alojamiento además de los que os he citado anteriormente hay algunos hoteles interesantes que son: Le Logis de la Cadène (de tan solo cinco habitaciones), el Palais Cardinal y el Relais Spa Grand Barrail. Y por cierto, si os gustan los balnearios, muy cerca de la ciudad de Burdeos se encuentra el hotel de lujo Les Sources de Caudalie. Tiene el primer spa de vinoterapia del mundo y hay tratamientos de todo tipo, incluido uno específico para parejas. Una oportunidad única para sumergirse en una barrica.


Y por supuesto no dejéis de pasear por los viñedos, de probar algún grano de uva (son una delicia), de comer macarons, de comprar vino en las decenas de tiendas que os vais a encontrar y sobre todo de disfrutar. Espero que mis recomendaciones os sean útiles si decidís hacer un viaje a la Aquitania francesa.

4 comentarios:

  1. Completísimo María, me ha encantado. ¡Un 10!

    Olga

    ResponderEliminar
  2. Gran entrada, sí señor.
    Cuentas desde hoy con un seguidor más.
    Yo también tengo un blog, sólo de vinos.
    http://almavinocuatre.blogspot.com/
    Espero que te guste.
    Un saludo muy cordial,
    Juan Cuatrecasas Asua

    ResponderEliminar
  3. Pero pudiste finalmente visitar algún chateaux y hacer alguna cata? Gracias

    ResponderEliminar